* Al triste, la miel se le vuelve acíbar.
Este refrán no censura a quien está ocasionalmente triste por alguna circunstancia adversa, sino a quien "es" triste por naturaleza, o-dicho de otro modo- al pesimista congénito, que tiende a verlo todo negro. Incluso la miel le sabrá amarga, pero -obviamente- la amargura brotará de él, no de la miel. Bien le vendrá una cura psíquica, bajo la dirección de alguien experimentado. El refranero también contempla la antítesis de lo aquí presentado, al decirnos:
Al varón fuerte, ni el tiempo ni la muerte (pueden con él).El paréntesis es un añadido del mismo refranero, para mayor claridad; aunque seguramente tiene más energía el mensaje sin ese añadido. Hacerse fuerte ante la adversidad es un mérito, y ojalá se nos convierta en un estilo de vida. Si queremos "calidad de vida"-término muy usado ahora-, un ingrediente importante es la fortaleza de ánimo para procurarla y para mantenerla.
(Comentarios realizados por Fernando Rodríguez-Izquierdo Gavala. Universidad de Sevilla)