* Las cinco atracciones naturales más impresionantes
Puente colgante de Capilano (Canadá)
Podemos encontrarlo en la zona norte de Vancouver. Tiene 137 metros de longitud y quien tenga el valor de mirar hacia abajo encontrará 77 metros de caída libre. Fue construido en 1889 y recibe casi un millón de visitas al año. En el 2004 se creó un parque temático en una zona adyacente llamada Treetops Adventures. Esta nueva atracción se compone de siete pasarelas suspendidas en el lado oeste del cañón entre abetos de más de 300 años a treinta metros de altura. En la zona también es posible encontrar tótems de los pueblos aborígenes canadienses.
Podemos encontrarlo en la zona norte de Vancouver. Tiene 137 metros de longitud y quien tenga el valor de mirar hacia abajo encontrará 77 metros de caída libre. Fue construido en 1889 y recibe casi un millón de visitas al año. En el 2004 se creó un parque temático en una zona adyacente llamada Treetops Adventures. Esta nueva atracción se compone de siete pasarelas suspendidas en el lado oeste del cañón entre abetos de más de 300 años a treinta metros de altura. En la zona también es posible encontrar tótems de los pueblos aborígenes canadienses.

Salto del cañón del Nevis (Nueva Zelanda)
El cañón del Nevis es el bungy (punto de salto) más alto de Queenstown. Con sus 134 metros de altura te permite tener 8,5 segundos de caída libre. Para hacernos una idea, es como saltar del duodécimo piso de un rascacielos o desde lo alto de tres Estatuas de la Libertad puestas una sobre la otra. ¿Da miedo solo leerlo, verdad? Alcanzar la cabina desde donde se encara el vacío constituye ya una aventura por sí sola. Primero debes llegar con vehículos cuatro por cuatro y luego montarte en una especie de teleférico que te transporta hasta la plataforma desde donde se salta o se vuelve con el rabo entre las piernas.
Skywalk (Estados Unidos)
Imaginaos en mitad del famoso Valle de la Muerte, escenario de más de un grandioso western. Quien quiera apurar la sensación de dominar el espacio necesita apuntarse al Skywalk, una pasarela donde nos sentiremos flotar gracias al suelo transparente. Se inauguró en marzo de 2007 y ha sido un éxito gracias a la intimidante experiencia de caminar a 1.300 metros sobre el suelo. Podría aguantar 800 personas, pero se ha limitado a 120 para evitar miedos y desastres. Quien lo ha probado lo califica de memorable.
Skywalk, en Estados Unidos.
Imaginaos en mitad del famoso Valle de la Muerte, escenario de más de un grandioso western. Quien quiera apurar la sensación de dominar el espacio necesita apuntarse al Skywalk, una pasarela donde nos sentiremos flotar gracias al suelo transparente. Se inauguró en marzo de 2007 y ha sido un éxito gracias a la intimidante experiencia de caminar a 1.300 metros sobre el suelo. Podría aguantar 800 personas, pero se ha limitado a 120 para evitar miedos y desastres. Quien lo ha probado lo califica de memorable.

Rascacielos Q1 (Australia)
Bueno, este es el menos natural de todos, pero sí permite apreciar la naturaleza que le rodea en todo su esplendor. Desde la azotea de este imponente edificio se puede disfrutar de una épica puesta de sol en la playa de Surfer's Paradise, situada en la Costa Dorada, una de las más exclusivas y apreciadas por celebridades de todo el planeta. Mide nada menos que 230 metros. Te sentirás gigante por unas horas con la ciudad a tus pies. Se trata de la segunda torre más alta del hemisferio sur.
Tirolina de Pokhara (Nepal)
Se la conoce como ZIPflyer y es considerada la tirolina más larga, escarpada e impresionante del planeta. Está situada a unos 600 metros de altura y alcanza velocidades de 140 kilómetros por hora, propiciando la típica broma de que ni siquiera te da tiempo a tener miedo. Esta vez es realidad: en poco más de dos minutos has completado el recorrido. Tiene una inclinación de hasta el 56%. Solo para muy valientes. Se encuentra en el monte Sarangkot, más o menos a unos diez kilómetros de la ciudad de Pokhara.
Se la conoce como ZIPflyer y es considerada la tirolina más larga, escarpada e impresionante del planeta. Está situada a unos 600 metros de altura y alcanza velocidades de 140 kilómetros por hora, propiciando la típica broma de que ni siquiera te da tiempo a tener miedo. Esta vez es realidad: en poco más de dos minutos has completado el recorrido. Tiene una inclinación de hasta el 56%. Solo para muy valientes. Se encuentra en el monte Sarangkot, más o menos a unos diez kilómetros de la ciudad de Pokhara.